jueves, 10 de marzo de 2011

Reflexión de la semana ( VI ): Educación perdida

No, no voy a hablar de la educación en los colegios e institutos del país (hoy no), voy a hablar de la falta de educación en las nuevas generaciones, me diréis que es lo mismo, pues no, lo siento pero no estoy de acuerdo, los encargados de enseñar a un chaval como debe comportarse socialmente no son los profesores del colegio, si no la familia, todos tienen que tener una mínima educación y respeto que venga desde casa inculcado cuando llegan al colegio. Estos últimos están para instruir a los jóvenes en ciencias y letras, no en ciudadanía y sociedad, esa es una materia obligatoria de la vida que se debe aprender en casa y pregonar por el mundo con tus actos.

Un chaval no puede soltar un "¡Vete a la mierda!" a una persona mayor que él, un anciano o un profesor, debe tener la mínima conciencia de saber que eso esta mal y no se debe hacer; a todos se nos puede escapar alguna vez, pero para eso la humanidad tiene un remedio de tiempos inmemoriales: la disculpa. No es tan difícil mantenerse respetuoso con la gente que lo merece, porque siempre he defendido que de primeras alguien (por aquello del beneplácito de la duda) tiene derecho a ser respetado, y luego debe demostrar que merece dicho trato. Pero en la actualidad no existe ese paso previo, todo lo que es contrario a lo que el joven quiere hacer (¡Ojo! ya no lo que piensa que es correcto) es tachado con fluidez verbal con uno de los siguientes términos tan usados, que llegan a perder el significado real, como: machista, fascista...Esos son los casos de los que son descarados e irrespetuosos con algo de inteligencia (y mucho de escuela negativa), en su mayoría tenemos los insultos directos o las medias verdades hirientes, que para ser sincero de entre toda esta gama de delicadezas que nos presentan los jóvenes de hoy en día prefiero el insulto a bocajarro, al menos expresa lo que siente sin rubor, subterfugios ni falacias en el camino.

En definitiva, es absurdo como la falta de educación aumenta, como el respeto se pierde y como se intenta encasquetar esta tarea a los docentes cuando es en exclusiva de la familia del afectado. No tienen porque ser necesarias largas charlas con toques de sermón para cumplir esta tarea, tampoco requiere un tiempo enorme que no puedan permitirse los padres porque deben trabajar (los que pueden ahora...) para mantener su familia, si no que se basa en 2 simples principios que todo el mundo debería tener: DISCIPLINA Y EJEMPLO.

La primera, bajo mi punto de vista, es indiscutible, en uno u otro grado la disciplina es necesaria en los niños hasta que estos son capaces de sopesar sus propias decisiones, es decir hasta que tienen una conciencia madura y lógica.

La segunda es la que consigue formar esa conciencia, el ejemplo de los progenitores es, sobretodo hasta la adolescencia, la mejor manera de enseñar el comportamiento óptimo a un chaval, ya que eres su foco de atención y admiración, cosa que ocurre también con los hermanos mayores que tienen una diferencia suficiente de edad, incluso me atrevería a decir que la sombra de estos se prolonga más en el tiempo.

Esperemos que la moda que existe en estos momentos de echar balones fuera y del "¡No es mi culpa!" se acabe al menos en este tema y podamos ver mejorar a los chavales.

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