Sale de su casa, al frio invernal,
Cierra la puerta a la luz artificial
De las farolas de la ciudad.
Las manos en los bolsillos, echa a andar,
Como siempre, música en los cascos,
Complemento ideal para por la acera caminar
Y las tonterías de la gente, en el metro, no escuchar.
Una inquietante sensación comienza a tener,
Al acercarse al parque sin iluminación,
Se está arrepintiendo de su decisión,
de haber terminado, IT, de leer.
Aumenta su indecisión
Y se refugia, como puede en su chaquetón,
Mientras trata de convencerse, que eso no puede ser
Los monstruos son cosa de la ficción
Ninguno de ellos puede en el parque aparecer.
Nervioso, acelera el paso,
Y apaga el sonido de los cascos,
Ha de admitirlo, siente pavor,
Pavor a equivocarse en su convicción
Y que algo le pueda abordar
Antes de al otro lado poder llegar.
Se termina el parque,
El puente está a su alcance,
Se comienza a relajar
Y, música, piensa en volver a escuchar.
Se dibuja en su rostro ya
Una sonrisa de incredulidad,
Se siente como un niño
Por como acaba de actuar.
Cuando el puente va a pisar
Escucha algo a su espalda, rápidamente, avanzar
Se gira y solo ve, una gran masa de pelo al viento
De repente una garra enorme golpea su cuerpo,
Cae al suelo, con estruendo, sin remedio
Y no puede evitar perder el conocimiento.
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