Bajo del caballo extenuado,
Por fin nuestro camino ha terminado,
Al viejo torreón hemos llegado.
Mi más antigua fortificación,
Aquella sin guarnición
Sin comercial o estratégico valor,
Tan solo el sitio de expurgación
Del demonio de mi interior.
Desmonto del animal
Para acercarlo al lago
Y que pueda abrevar.
Me quito de la espalda el escudo,
También la espada,
A lo que voy a enfrentar
Con armas humanas no se le puede dañar.
Hago lo propio con yelmo y coraza,
De nada me servirán.
Alzo la vista,
El cielo negro acaricia la torre
Sabe lo que espera esta noche
La tormenta de mis emociones,
Al alba saldré por esta puerta
O yaceré tras ella.
Será el orgullo mi bandera
O su asta mi pecho atravesará.
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