martes, 6 de agosto de 2013

Madrid

Mira que es extraño pensar en ti,
Sentimientos que se entremezclan,
Odio sin fin y añoranza cuando me voy de aquí,
Me agobias y a la vez me muero si me alejo
Nunca podré entender esta mezcla
Que provocas en mí.
Bajar al barrio es un placer,
Con los cascos funcionando
Y la paz reflejada en mi tez,
Mientras como un loco voy cantando,
En dirección al centro de la ciudad,
Recorriendo calles pretenciosas,
Y otras llenas de humildad.
Incluso al pasar por las calles de siempre,
Esas que conozco como la palma de la mano,
Descubro detalles nuevos,
Ciudad interminable, nueva eternamente,
Dueña de las zonas pijas, también del rastro,
Ciudad de tapas y cañas,
Pero también caraduras y rateros,
Si tienes huevos, vas y te las apañas,
Para curzarla en metro
Sin encontrar a alguien que canta pidiendo.
Ciudad de contrastes,
Ciudad de mil ciudades,
Para muchos de nosotros genial,
Para otros inaguantable.
Madrid, no te voy a engañar,
Cada cierto tiempo quiero huir,
Me agobias y necesito escapar,
Mi lugar preferido y poco frecuentado,
En la serranía de Cuenca,
En un pueblo poco habitado,
Disfrutar de la soledad allí arriba,
Donde rara vez a alguien he llevado,
Despejo mi mente y mi rabia,
Pero es inevitable sentir
En el fondo de mi alma,
Como te echo de menos, Madrid.
Ciudad de asfalto,
Ciudad de contrastes,
Del atraco y asesinato,
Pero también del romanticismo y ocultos mensajes.
Vuelvo a tus límites,
Entre rascacielos y edificios,
Vuelvo a beber litros en tus parques,
Disfrutar de tu bullicio,
Quemar, en los garitos, las noches,
En definitiva, vuelvo a tu indispensable ruido.

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